sábado, 28 de julio de 2007

Mi coca-cola más tonta

¿Qué pasa “biciosos”?.

06:30 Suena el despertador, y no, no me he equivocado al "programarlo". Carmen no da crédito de lo loco que está su marido cuando me despido de ella.

07:00 Empiezo a pedalear. Ya es de día. Ya puestos podría haber madrugado más.

Pedaleo a buen ritmo. Me encuentro fresco, bien.

Km15 Subida a la Marañosa sin forzar la máquina. Me levanto y me siento buscando pasar el trago cómodamente.

Bajada de la Marañosa. Sigo pedaleando porque hace un poco de frío; son las 07:45.

Glorieta de la estación. Juro que en este momento pensé en cambiar el recorrido que tenía pensado. Me digo "no seas gallina" y tiro pa'lante.

Carretera hasta el puente sobre el río. Ni me entero de como la he pasado. Voy muy bien.

Subida a Vallekillas. Sigo con mis prácticas en subir de pie. Me subo de pie los dos tramos duros. Regulando.

Bajada de Vallekillas. La carretera está vacía y me tumbo en la bici. Disfruto poniéndome a 56 km/h.

Llego a Morata y subo hasta el aparcamiento. Vuelvo a subir de pie. Aun así la subida me sorprende con un desarrollo inadecuado y llego arriba jadeando. Coño, esta la he notado.

Carril bici hasta Perales de Tajuña. La experiencia es un grado y negocio las rampas con plato mediano sin machacarme.

Llego a Perales y.... sigo de frente. Que soy cabezón no lo voy a descubrir ahora.

Este es el tramo que estaba esperando. A partir de aquí pienso ponerme a ritmo para ganar tiempo. Son aprox. las 09:00.

Me hago a ritmo alegre tirando a fuerte todos los kilómetros del carril bici hasta que llego a Ambite, fin de la vía verde del Tajuña. Donde comimos la última vez que había hecho este recorrido.

Ambite. 10:00. Entro en el bar y me tomo un bote de coca-cola. También me compro dos botes de Aquarios y dos botellas de agua fría. Relleno los dos botellos. Estos son los datos a mitad de etapa:
  • Distancia: 71,79 Km/h
  • Tiempo: 2:53:00
  • Velocidad Media: 24:89 km/h
  • Velocidad Maxima: los 56,31 km/h mencionados
  • Km totales de la bici: 10.174 km
  • Calorías: 2.044 cal (el pulsómetro no es de fiar)
  • Pulsaciones medias: 139 ppm (el pulsómetro sigue sin ser de fiar)
10:13. Me pongo en marcha. Después de lo que en condiciones normales sería una salida normal las piernas se sorprenden y recibo las típicas señales de "pero tío ¡no habíamos llegado ya! ¿No tocaba ahora ducha?".

Pues no. Y además, me pongo otra vez a ritmo. Por otras veces que he hecho este recorrido sé que en la vuelta da la sensación de picar para abajo. Además, hace unos minutos ha salido de Ambite un grupo de ciclistas de montaña en dirección al carril bici. A mi me ha parecido que me miraban con un poco de desprecio por la cara de hecho polvo que tenía mientras estaba descansando. Eso... eso se paga.

En una mirada al pulsómetro veo que la temperatura es de 30 grados. Pues va a ser que no es escogido el mejor día para hacer mi machada particular.

Adelanto a los globeros a toda leche. Tres de ellos intentan seguirme, pero voy como una bala y se quedan atrás. ¿Que se pensaban?

Llego a Morata. Llevo 105Km y me noto cansado. Tal vez no ha sido lo más inteligente que he hecho en mi vida meterme esta minipaliza.

Primeras rampas de Vallekillas. El sol cae sin piedad y cuando veo que el termómetro marca 37 grados definitivamente estoy seguro de que no es el mejor día para intentar este recorrido.

Subo Vallekillas relativamente bien. Entre 12 km/h y 14 km/h. Cuando llego arriba compruebo que estoy en una velocidad media de 24,9 km/h. No va mal la cosa.

La bajada de Vallekillas mola un montón, pero esta vez tenía viento de cara. Aun así alcanzo los 61 km/h. Acabo de caer en que el viento de cara podría ser un problema, previsor que es uno.

El tramo hasta San Martin lo paso bastante bien dadas las circunstancias. Cuando llego a la rotonda de la estación llevo una velocidad media 25,3 km/h. Esto sigue marchando.

Subida a la Marañosa. Pongo un ritmo tranquilo y sostenido de unos 20 km/h. Me noto ya bastante cansado, además ya no se ni como sentarme en la bici, estoy incomodo en cualquier postura. Encima, por si fuera poco, tengo viento de cara. El último kilómetro se me hace durísimo. El termómetro me marca 43 grados y eso que mi cuerpo lo mantiene en la sombra.

Bajada de la Marañosa. Me dejo caer. Bajo sin manos, erguido en la bici para que me descanse la espada y los hombros.

Tramo hasta Perales del Rio. Como no podía ser de otra manera, tengo viento de cara. Empiezo a dejarme la piel en cada pedalada, aun así soy capaz de mantener mi media en los 25 km/h.

Cuesta de los gitanos. Voy muerto. La subo en plato mediano y arrastrandome.

Gasolinera. Tengo que parar. Ya no puedo dar ni una pedalada. Estoy exprimido. Me tomo un bote de coca-cola como si fuera a darme la vida. Estoy muerto. El viento me ha matado. Compro un litro de Aquarios para rellenar los botellos. Estoy a 7 km de casa y aunque la velocidad media es de 24,98 km/h está claro que no voy a poder mantenerla. Mejor me dejo llevar y a sufrir lo menos posible.

Joder que 7km. Cada pedalada ha sido un mundo. El cuerpo me dolía en todas las posturas. Me bebí el litro de Aquarius antes de llegar a casa. Rezaba para que los semáforos se pusieran en rojo y poder parar a descansar. El sudor me caía a chorros. No tengo ni idea de los Haribos que me habré comido en ese tiempo. Me recordaba el estado en el que llegaba a casa las primeras veces que salía en bici.

Llego a casa. Me pego un baño de agua templada y entro en estado de semicoma en la bañera. Estoy derrotado.

Comida. Siesta y contrareloj del tour. Mientras escribo esta crónica. Alberto Contador ha ganado el Tour y pillo el pulsómetro y el velocímetro. Estos son los datos:
  • Distancia: 143,45 km
  • Tiempo: 5:50:17 pedaleando, llegue a casa aprox a las 13:30, unas 6:30 de tiempo total
  • Vel media: 24,57 km/h. Los últimos 7 km han destrozado la media (además de a mi).
  • Vel máxima: 61,88 km/h (bajada de Vallekillas con viento de cara)
  • Km totales de la bici: 10.246
  • Calorías: 4.460 cal. 552 más que en la ida. Los globeros y el viento de cara tienen que ser la explicación
  • Pulsaciones medias: 146 ppm
Que más puedo decir. El primer objetivo era estar en casa antes de las 13:30. Bien. El segundo era una velocidad media de 25 km/h. Mal. Creo que con menos calor y sin viento de cara lo podría haber conseguido, pero claro, si mi abuela tuviese ruedas.....sería una bici.

Conclusión. Coño, pues que lo volveré a intentar.

A cuidarse
Javier Arias González

martes, 17 de julio de 2007

Salidas en Asturias 14 y 15 de Julio 2007

¿Qué pasa “biciosos”?

Una breve crónica (esta seguro porque ando liado) para contaros las salidas de este pasado fin de semana en Asturias. La verdad es que este fin de semana podría llamarse la segunda parte de la visita de los madrileños. Raúl (el abuelito), Oscar (la apisonadora de cuatro caños), el Traper, Vicente (sin mote todavía) y yo fuimos los que salimos los dos días.

El sábado el Traper tenía que estar temprano en casa porque tenía una comida familiar, por lo que nos planteamos hacer una ruta corta. ¿Qué hacemos? qué no hacemos? ¿a donde vamos?. Vámonos a acabar la ruta que no nos dio tiempo cuando vinieron los madrileños. Dicho y hecho. Como íbamos cortos de tiempo nos fuimos directamente al Violeo por la carretera. La subida a el Violeo es aquella en la que parte de la expedición madrileña decidió darse la vuelta harta ya de asturianos locos. En vez de hacerla por la pista la subimos por la carretera. Mejor piso, pero subida bastante dura. Una vez en el Violeo nos dirigimos a la pista y empezamos a subir hasta el chus. ¡¡¡¡Menudas rampitas que tiene esa pista!!! ¡¡Menudo calor!! Llegamos al chus sin mayor novedad y sin tiempo para pararnos nos decidimos a bajarnos del Naranco por los caminos hasta dar a la pista de hormigón que pasa por el depósito de agua de Cuyences Sur. Todavía tuvimos tiempo para dar algún que otro rodeo sin excesivas cuestas antes de llegar a casa. Como era temprano decidimos irnos a tomarnos unas sidras que así, cansados y con el estómago vacío pega más fuerte y el pedo sale más barato. Os cuelgo una foto que saque con el movil


El domingo ¿que hacemos que no hacemos? que nos vamos a Tellego. Tellego es el pueblo donde comimos el domingo con los colegas madrileños. Llegamos a Tellego sin demasiada complicación. La subida que en coche parecía durísima en bici no era para tanto. Aun así nadie pudo evitar pensar que podríamos pararnos a comer un poco de pote o fabada. Si es que hasta olía ya a la comida que estaban preparando. Una vez has subido a Tellego empieza la subida para llegar a donde empieza lo que íbamos a subir. Es un poco complicado, lo se, pero quedaros con que se trata de subir y subir. Tampoco tiene más misterio. Como la subida nos la tomamos en plan vago total (faltaban los Víctor, Oscar y Juan que animasen el cotarro) pudimos disfrutar del paisaje y de las vistas. A mi me pareció u sitio precioso. Estábamos rodeados de castaños, avellanos y nogales (aquí el Jorge se habría sentido como en familia) ganando altura sobre un valle en el que a lo lejos (y abajo) veíamos el pueblo de Tellego. Como decía después de subir llegamos al sitio donde empezaba la subida. En pleno monte aparece una rampa de hormigón no muy larga pero dura, dura, dura. Ninguno de nosotros fue capaz de subirla sobre la bici. El cacharro de Raúl midió un desnivel del 25% pero como la parte más dura la pasó andando (como todos) nos quedamos sin saber que desnivel tenía la rampita de las narices. Total para llegar a una braña en la que sólo había un rebaño de cabras y cinco tíos como cabras. Admiramos el paisaje, ¡Que vistas! y bajadita técnica y larga. Vicente protagonizó el vuelo sin motor sobre el manillar de la jornada que incluyó el típico golpe doloroso en el pecho producto del choque con el manillar. Nada fuera de lo común. Al final de la bajada fuimos a parar a ¿Soto de Rey? donde paramos a pillar agua momento que aproveche para retratar al grupo.


Yo aquí estaba ya situado otra vez, pero Raúl se encargó de que la subida (porque siempre se sale subiendo) para salir del valle fuese por una pista que yo no conocía. Interesante también esta subida que al final nos dejó en San Esteban de las Cruces. Terreno peligroso donde los haya. Y como no podía ser de otra forma Raúl nos ofreció un par de regalos de los suyos que vaya usted a saber porque siempre tienen forma de cuestas. Al final y para demostrar que aún éramos todos colegas nos fuimos a tomar unas sidras (siempre igual) que no todo va a ser sufrir.

Poco más puedo contar. Una vez más se cumple el objetivo de Raúl de enseñarme una ruta nueva cada vez que salimos, en este fin de semana las dos rutas fueron nuevas para mí.

No tengo los datos de kilómetros y esas cosas pero creo que fue algo así como 46km el sábado y 40 el domingo a velocidades medias de unos 13km/h, "pa'vernos matao".

Por cierto, me han dado muchos recuerdos los asturianos para los madrileños aunque todavía no se creen del todo que me sigáis hablando.

A cuidarse