domingo, 29 de abril de 2012

Droitwhich - Towcester 200K

¿Qué pasa "biciosos"?

En el parking del pub donde se supone que empezaba el evento sólo había personas que ya han pasado su mediana edad rodeando a una mujer que tenía el maletero de su coche abierto. Imaginándome que, a pesar de ser las 7:30 de la mañana, eso no debía ser botellón fin de fiesta local, me acerqué a ver que si era ahí donde me darían mi brevet.

Y lo era. Y la mujer que me lo dio me preguntó si era la primera vez que lo hacía. Le contesté que sí. Como se puso a explicarme que era una brevet y los controles, etc, etc caí en la cuenta que se refería a si era la primera vez que hacía un brevet (un Audax dicen por aquí). Le corté la explicación para decirle que no, que yo ya sabía de que iba el tema. No se preocupe señora que yo ya se perderme sólo, pensé.

Me vuelvo a mi coche y me dispongo a preparar la bicicleta y demás enseres. En esto otro pirado de la vida me dirige la palabra. ¡Y no entendí nada! Pero nada de nada.

Fíjate tu que llegué a pensar que me hablaba en alemán. Por que, oye, cuando alguien tiene un acento muy cerrado y dices que no le entiendes, en realidad quieres decir que no le entiendes todo, pero que pillas la idea en general, y desde luego pillas algunas palabras sueltas. Al menos las fáciles, yes, no, all right, etc, etc.

Pues a este tio nada de nada. Me dijo dos frases, como yo le sonreí y no le contesté (no se me ocurrió que decirle) me dejó en paz y siguió a sus cosas. Y yo a las mías...

Dan las 8:15 y puntuales nos ponemos en marcha.


Desde la primera pedalada ya supe que no iba a ser mi día. Disculpas tengo un montón, entre ellas un viernes agotador y dos noches seguidas durmiendo pocas horas; pero eso no me salva de ser tonto.

Como dice la abuela de Jorge, el más tonto de mi edad (aunque ella lo dice refiriéndose a él). Por que, digo yo. Si sabes que estás en esas condiciones y desde la primera pedalada ya sabes que no va a ser tu día. Si además llueve, hace viento y un frio del carajo, ¿pa' que te empeñas? ¿pa´ que intentas aferrarte a tus planes? ¿no ves que lo que no puede ser no puede ser?

¡Que más da!. Yo a lo mío. El plan era hacerse los 200Km, parando lo menos posible y al ritmo lo más alto posible. Se supone que era un ensayo para la Quebrantahuesos. ¿Qué mejor que 200km llanos para ensayar una ruta que tendrá 200km pero totalmente montañosos?

Empapado desde el minuto 0. Rodando sólo desde el kilómetro 0. Azotado por el viento de izquierdas desde la misma salida. Me pongo ritmo de samba y venga a "trabayar".

En el kilómetro 29.7 ya me pasé la primera indicación. Un giro a la derecha que no vi y que cuando me quise dar cuenta ya me había pasado unos 500m. No era mucho, pero el ciclista de montaña que acababa de adelantar me preguntó si me encontraba bien al ver mi forma de dar la vuelta. Debió intuir que me había enfadado.

El caso es que el primer cuarto de la ruta lo completé según el plan previsto, a pesar del agua que caía del cielo, de la que subía del suelo y del viento que seguía soplando de izquierdas había tardado 2 horas y cuarto en completar los primeros 53.9 kilómetros. Pero yo, en mi interior, sabía que la cosa no iba bien. Paradita en una pastelería para sellar y rápidamente otra vez en marcha.

El segundo cuarto de la ruta también fue según el plan previsto. No había dejado de llover, no había dejado de soplar el viento de izquierdas y había conseguido hacer los primeros 110 kilómetros en menos de 4 horas. Sobre el papel todo perfecto, pero en mi interior yo seguía sabiendo que la cosa no iba bien. Incluso se me ocurrió una metáfora para explicar la situación.

Yo era como España. Manejado por el viento de izquierda, me había mantenido optimista y dando buenos resultados pero sabiendo que la cosa no tenía futuro. Tal fue así que cuando tocó dar la vuelta (el equivalente a las elecciones) y el viento empezó a soplar de derechas me encontré con la crudeza de la situación.

Como en un mal partido de baloncesto, el tercer cuarto me mató. Tres horas y media para hacer 50 kilómetros. Y eso que en ningún momento dejé de tener la sensación de estar dándolo todo. Pero los resultados no acompañaban. Lo que se supone que era una ruta llana me estaba pareciendo un rompepiernas que me impedía coger ritmo. Me esforzaba con todo el alma y las pulsaciones no subían. Cuando deseaba que parase de llover arreciaba el viento; cuando deseaba que parase el viento caía un chaparrón; y cuando estaba indeciso llovía y hacía viento todo a la vez. ¿cómo sería la cosa que llegué a pensar que el 300k que tengo en 15 días no lo pienso hacer? (a estas horas ya se me ha pasado la -esa- tontería).

El tercer cuarto acabó en una gasolinera donde tenía que sellar. Me olvidé de eso de parar poco y me tomé mi tiempo para beberme un zumo de naranja y comerme una bolsa de Doritos (que cosas más raras me pide el cuerpo). Aun así, cuando me puse en marcha renové mi intención de seguir poniendo el empeño en rodar rápido.

Y me empujé a ello... Pero el resultado seguía sin acompañar. Ni siguiera ayudó que hubiese dejado de llover y que ahora el viento soplara a favor con bastante frecuencia. Las pulsaciones no subían y agradecía cada vez que tenía que pararme en un cruce. Con cabezonería me ponía en marcha afanoso, tratando de machacar los pedales y en el interior empezaba a calcular cuanto faltaba hasta la siguiente instrucción para volver a parar.

Y cuando las cosas no marchan ser cabezón no ayuda. Me empezó a doler el músculo que está justo encima de la rodilla derecha, sobre todo al ponerme de pie sobre la bicicleta, cosa que, empeñado como estaba en lanzar la bicicleta, hacía en cada uno de lo que parecían millones mini repechos en esta carretera que se supone que era llana pero que en realidad era un rompepiernas. Me empezó a doler un tendón en la muñeca cuando con el dedo corazón accionaba la maneta para cambiar de piñón; tan rompepiernas me pareció la ruta que le achaco el dolor en ese tendón a lo muchas veces que tuve que cambiar durante el recorrido.

Y así, mojado, venteado y dolorido acabé el cuarto cuarto. Me había llevado 2 horas y media hacer los últimos 50 kilómetros (habría sido peor si no hubiese sido por los tramos de viento a favor). Al final, 9 horas 40 minutos completar el 200.

9 horas 40 minutos no está tan mal, lo se. Pero lo peor fueron las sensaciones. Lo peor fue acabar con la idea de que el Old Road 300 de dentro de dos semanas paso de hacerlo y preguntándose cómo va a ser posible acabar la Quebrantahuesos en menos de 7 horas 50 minutos. ¿Cómo voy a recortar 2 horas si el recorrido de la Quebrantahuesos es mucho más duro?

Lo curioso es que no me encontraba cansado. No era cansancio lo que sentía, era como si estuviese agotado anímicamente, pero no físicamente. Y como si el agotamiento anímico me limitase fisicamente. Fisicamente podría seguir dando pedales, pero si hubiese tenido que seguir pedaleando yo creo que me hubiese dado un mal. Una sensación desconocida para mi.

El caso es que en las 3 libras que costó apuntarse al evento estaba incluido un vale por 2 libras para consumir en el pub al final de la ruta. Incluso nos tenían un área del pub reservada para los ciclistas. ¡Que pasada!

Me tomé dos zumos de naranja en la barra mientras entregaba la brevet. Resulta que era el segundo en haber acabado la ruta. Me pedí una botella de agua y un bocadillo de lomo con queso y fui a sentarme al lado del que había acabado el primero. Nos pusimos a charlar.

Al rato entró un grupo de tres ciclistas. Se sentaron con nosotros y se unieron a la conversación. En esto que uno me dirige la palabra y no le entiendo nada. ¡Era el mismo pavo que me había hablado por la mañana!

Pues seguía sin entenderle... Esta vez se me ocurrió que me estaría hablando en Galés o un idioma parecido, pero no tenía sentido. Los demás parecían entenderle, pero yo no le pillé ni una palabra. Pero cuando digo ni una, quiero decir ni una. No es una exageración. Más de un año y medio viviendo en este país y no le entendía nada. Demasiado para mi estado anímico. Me levanté dejando medio bocadillo en el plato (estaba demasiado salado para mi) y me despedí. Ya tenía ganas de llegar a casa.

Que mañana -hoy- sería otro día.





Los datos de la ruta:
  • Kilómetros: 213,65 
  • Tiempo empleado: 9:37:10
  • Velocidad media total: 22,08 km/h
  • Tiempo rodando: 8:51:18
  • Velocidad media rodando: 24,13 km/h
  • Tiempo parado: 0:49:10 
  • Velocidad Máxima: 58,61 km/h
  • Calorías consumidas: 5.686,6
  • Pulsaciones medias: 127 ppm
  • Pulsaciones máximas: 161 ppm
  • Cadencia media: 85 rpm
  • Cadencia máxima: 110 rpm
  • Link a stravaapp.strava.com/rides/7513683


A cuidarse
Javier Arias González

sábado, 21 de abril de 2012

Atacando


"Ataca siempre lo más tarde que puedas, pero antes que lo hagan los demás."

Me parece un buen consejo, y no sólo aplicable al ciclismo...

"Si no salto, tengo cero opciones, por tanto prefiero optar por un 10% de posibilidades que por un 0%. ¿No es eso lógico?"
Jens
"No puedes ganar si no sprintas"

"Ataca cuando sientas dolor, seguramente los otros lo estén sintiendo más que tu"
A cuidarse
Javier Arias González

Attacking

"Always attack as late as you can, but before the others do."

Seems to me like a great advise, and not only applicable to cycling...

"If I don’t go out, I have zero chances, so I’d rather take a 10% chance than a 0% chance. Isn’t that just logic?"
Jens
"You can't win if you don't sprint"

"Attack when yor feeling the Pain,Chances are others are feeling it more than you"

Take care
Javier Arias González

Hotel con bicicleta estática en la habitación

Esto es lo que me encontré en mi habitación (601) del hotel Fatama en Las Palmas de Gran Canaria.


El complemento ideal para un aficionado al ciclismo.

Yo ya había detectado una tendencia bike-friendly entre los hoteles, pero es ir un paso más allá :-)

A cuidarse
Javier Arias González

jueves, 5 de abril de 2012

Man of Kent 200K

¿Qué pasa "biciosos"?

El evento era el domingo 25 de Marzo de 2012. Justo el día que se adelantaba el reloj.

¿Qué paso? Pues lo normal. Yo adelanto la hora del reloj al acostarme. Pongo el despertador para las 5:30 de la mañana. Llegan las 2:00 de la mañana y el teléfono que es un listo va y se adelanta automáticamente otra hora. ¿Consecuencia? Me doy cuenta cuando voy en el coche camino de la salida.

¡Ya me parecía a mi que estaba muy oscuro!

Llego a la salida una hora antes de lo previsto. Pero oye, problemas para quien los busque. Echo el asiento hacia atrás y ni corto ni perezoso me doy una cabezada de una hora que me sienta genial.


Resulta también que este iba a ser mi primer brevet en solitario.


Es lo que tiene que Pete, el protagonista de una de mis primeras salidas en bici por Inglaterra, se hubiese acostado tarde y decidiese que con tan pocas horas no podía hacer un 200.

SMS recibido.

Fichando en la salida me encuentro con Richard Evans, uno de los Kingston Wheelers que hizo la PBP 2011. Claro que él la hizo en menos de 70h y tiene como proyecto dar la vuelta en mundo en bicicleta en el año 2014. Harina de otro costal.

¿Y ahora que estoy sólo qué?

Pues nada, me pongo en marcha con la intención de rodar ágil y parar poco. Vamos lo que viene siendo un ensayo en plano de la Quebrantahuesos pero con la bicicleta en configuración brevetera.

Y muy bien no se me dio, la verdad. Antes del kilómetro tres ya me tuve que parar porque el guardabarro trasero rozaba en la rueda.

Y al poco me entraron ganas de mear.

Y al poco, km37, estaba el primer control.

Y luego, como hacía mucho frío, paré a cambiarme los guantes.

Y a los 25km otro control.

Y además de hacer frío amenazaba lluvia.

Y de repente veo que unos ciclistas, inconfundiblemente breveteros vienen en dirección contraria. Me paro consulto la hora de ruta, la posición del sol, la dirección del viento y el gps del móvil. Este último me confirma que no estoy perdido. Pues va a ser que son ellos los que están perdidos.

Sigo adelante, despacio, atento, pero sigo adelante.

Y llego a Sandwich. Mira tu que curioso.

Otro control. Este para averiguar que en un pub llamado Red Cow los niños y los perros (si van con correa) son bienvenidos en el jardín del pub.

Leo las instrucciones de la hoja de ruta y resulta que hay que volver por donde hemos venido. ¡Ahora entiendo yo lo de los ciclistas que venían en sentido contrario!

Esto de volver sobre los pasos de uno tiene un efecto curioso. De repente el viento sopla de culo.

Vamos a ver. No es mucho. Pero ayuda.

Recorro 50km que resultaron ser totalmente llanos con mucha rapidez. Incluso en algún momento llego a pensar que estoy hecho una máquina. ¡que ritmo! ¡que postura! ¡que elegancia! ¡profesional, muy profesional!

Si es que hasta empieza a calentar el sol entre las nube y nube.

El control es en la tienda/restaurante de una estación de tren. Hay que conseguir un ticket. Veo que Richard esta sentado a la mesa comiendo, pero yo no quiero parar tanto. Mejor compro algo y sigo camino.

Entro en la tienda. Me quito el casco y las gafas. Pido un plátano y un kinder bueno. Me quito los guantes. Pago. Salgo de la tienda y cuando llego a la bicicleta, fuera de la estación, veo que se me ha olvidado el plátano y el kinder bueno en la tienda. Vuelvo a por ellos. La dependienta se rie al verme entrar. No puedo decir que no se porque.

Me pongo en marcha.

Vaya, parece que el viento ya no sopla de culo.

Hemos cambiado de dirección y ahora sopla de cara. Pues va a ser que el viento sopla más fuerte de lo que yo pensaba. No es un huracán pero claramente se nota que supla en contra.

A los pocos kilómetros ni ritmo, ni postura, ni elegancia, ni profesionalidad. Con el corazón a 145ppm y la velocidad en 23km/h provoco más pena que admiración.

En estas que tomo un giro y al poco las indicaciones de la hoja de ruta dejan de tener sentido.

Paro, esta vez ni me fijo en la dirección del viento ni en la posición del sol, le pregunto directamente al GPS y efectivamente me he salido de la ruta.

En vez de dar la vuelta sigo por una carretera que descubro en el GPS hasta volver a la ruta. Un par de kilómetros de más que me sumo.

Paso otro control de información del kilómetro 148.3 ( el taller en el cruze se llama Triumph Laguna Ashford).

Llego a un cruze en forma de T. La instrucción de la hoja de ruta es que gire a la izquierda. Yo, demostrando que tengo personalidad, giro hacia la derecha, cuesta arriba.

Al poco me doy cuenta que la siguiente instrucción no tiene sentido. Me paro. Saco el móvil. Pregunto a los satélites americanos y, efectivamente, no voy por la ruta. Miro la hoja de ruta, miro el móvil y ya lo tengo claro. Lo que tengo que hacer es volver por mis pasos y tomar el siguiente giro a la izquierda.

Eso hago.

Rodando sobre la bici, vuelvo a comprobar en el móvil que voy bien. Y voy bien. Sólo unas decenas de metros más a sumar.

Al poco veo a dos ciclistas con pinta de breveteros que vienen en dirección contraria. Lo cierto es que no me parecen que sean de esta brevet, pero en cualquier caso tampoco me preocupa. En estas ya me he visto. Si son de esta brevet seguro que al poco yo mismo vengo en esa dirección.

Unos kilómetros más tarde el que aparece de frente es Richard. Le saludo. Me saluda.

Esto ya me suena un poco raro. Richard estaba por detrás de mi, le había dejado comiendo en el control de la estación de tren. ¿Cómo carajo aparece ahora por delante de mi?

Coño ya caigo. Me adelantó cuando me perdí. ¡Que máquina el tío!

Al poco la instrucción de la hoja de ruta deja de tener sentido.

Me paro. Pregunto al móvil pero si que estoy en la ruta. ¿Qué pasa aquí?

Casi me da vergüenza reconocerlo ahora, pero me tiré un par de minutos tratando de ver que es lo que pasaba. Hasta que caí en la cuenta.

Mierda, mierda y mierda.

¡ESTOY RODANDO EN SENTIDO CONTRARIO!

¿Pero como puedo estar tan empanado? ¡Que yo me tengo por un tio con muy buen sentido de la orientación!

Acabo de añadir unos 6km a la ruta.

No es el número de kilómetros lo que me enfada, es mi falta de atención, el relajo con el que me tomo la orientación. Rebotado conmigo mismo decido castigarme machacando los pedales. Pongo ritmo de samba.

A lo lejos aparece Richard, aprieto aún más para alcanzarle. Pero tampoco hace falta apretar mucho. Le alcanzo con facilidad. Me cuenta que le duele una rodilla y que se lo va a tomar con calma porque él ha ido desde su casa a la salida en bici y piensa volverse en bici, total que él hará 300km.

En esto que me pregunta si no nos habíamos cruzado antes. Le confieso que si. Le cuento lo que me ha pasado y se rie de mi con toda la razón del mundo. Que sea esa mi penitencia...

Llegamos al siguiente control (172km). Tenemos que conseguir un ticket en una gasolinera por lo que me compro un zumo y algo de comer que no recuerdo. No quiero parar mucho por lo que enseguida me pongo en marcha dejando a Richard con otros ciclistas charlando tranquilamente.

Me quedan 35km, si ruedo deprisa poco más de una hora. A ello me pongo.

Las piernas me pesan un poco, pero si mantengo una pedalada ágil consigo avanzar con rapidez.

Kilómetro 200. Estoy en Five Oak Green. Típico pueblo en lo alto de una colina.

Penúltima instrucción. Gira a la derecha. Empieza una bajada. Es una bajada rápida. ¿Consecuencia?

Pues que me paso el giro.

Me doy cuenta cuando se acaba la bajada.

Media vuelta y venga pa'rriba. Otro par de kilómetros de más que me hago.

Llego al control final, nos esperan con café, zumo, galletas y bizcochos. Me doy cuenta que Richard ya está sentado tranquilamente y charlando con otros ciclistas. Me pregunta si no había salido yo antes que él de la gasolinera. Le contesto con una evasiva para evitar confesarle que me he vuelto a perder pero creo que se da cuenta de lo que ha pasado. Me como un par de trozos de bizcocho para contentarme...




Los datos de la ruta:
  • Kilómetros: 216,28 (10 más que la ruta oficial)
  • Tiempo empleado: 9:05:50
  • Velocidad media total: 23,77 km/h
  • Tiempo rodando: 8:19:04
  • Velocidad media rodando: 25,6 km/h
  • Tiempo parado: 0:46:46 
  • Velocidad Máxima: 55,3 km/h
  • Calorías consumidas: 5.245
  • Pulsaciones medias: 126 ppm
  • Pulsaciones máximas: 162 ppm
  • Cadencia media: 87 rpm
  • Cadencia máxima: 108 rpm
  • Link a stravaapp.strava.com/rides/5706891
A cuidarse
Javier Arias González



Paris-Brest-Paris videos

I just found the official Paris Brest Paris 2011 video with English subtitles on YouTube


And Alberto has posted in his blog Machacas on wheels this other PBP video from Brooks UK


And Juan, my PBP alma mater, gave me this link with a fantastic video, with lots of interviews (most of them in French) and a bit focussed in the special bikes (tandems, recumbents, etc) it is probably the one that better reflects the night riding part of the PBP and the atmosphere in the last day.


Take care
Javier Arias González