Las navidades pasadas había sido la subida a la colladiella y estas navidades no podía faltar una salida de órdago; estas navidades seria la subida al lago del valle en Pola de Somiedo. La primera salida del año 2008.
El plan original era ir en coche hasta Belmonte, desde allí hasta Pola de Somiedo, luego subida a valle del lago, finalmente subida a lago del valle y vuelta por el mismo camino. Resulta que a Jorge le llego información de que la carretera de Belmonte a Pola estaba cortada porque estaban haciendo voladuras para ampliarla. En el trayecto de Lugones a la Corredoria donde nos esperaba Víctor, Jorge me propuso su alternativa. Ir hasta Teverga, subir San Lorenzo, bajarlo, a Pola de Somiedo, subida a valle del lago, subida a lago del valle y vuelta por el mismo camino. Yo, que tenia mas o menos la misma idea que vosotros sobre lo que significaba el cambio de recorrido, dije que si.
Menos mal que cuando Jorge le explico el nuevo plan a Víctor este puso un poco de cordura. Es una lastima que no recuerde exactamente sus palabras pero fijo que fueron algo por el estilo a 'estáis locos'. Según Víctor el puerto de San Lorenzo es duro, luego vimos que tenía 10km de subida por cada vertiente. Dedicamos parte del viaje a decidir que ruta hacer y al final, al ver que en las carreteras no había avisos de cortes, nos decidimos por el plan original. Menos mal afirmo ahora porque como se puede ver en el perfil adjunto el puerto nos es ninguna broma.

Los diez primeros kilómetros se hicieron largos con tantas paradas. Por suerte a partir de determinado punto las obras estaban paradas pues no querían que las obras despertasen a los osos que estaban invernando. A pesar de que aun tuve que parar un par de veces a mear, a partir de este punto pudimos coger un buen ritmo (unos 17km/h) que rápidamente nos adentro en el valle cada vez mas cerrado y bonito de Pola de Somiedo.
En Pola una breve parada para pillar agua, uno de nosotros meo y nos dispusimos para seguir subiendo. Teníamos por delante unos 8 km/h de subida por una carretera de buen firme pero con muy poco trafico (me cuesta recordar si nos adelanto algún coche y no precisamente porque subiésemos muy rápido). La verdad es que las primeras rampas asustaron un poco. Jorge marco un ritmo de subida tranquilo que nos permitió disfrutar de la rapidez con la que ganamos altura en el valle y de las fabulosas vistas de los bosques en las laderas de las montañas. Aun así se agradeció que 'sólo' los cuatro primeros kilómetros fuesen tan duros. Los otros cuatro hasta Valle del Lago parecieron de broma en comparación aunque también tenían lo suyo.






Cuando llegamos a Lago del Valle nos lo encontramos prácticamente helado.

La nevada no era impresionante, aunque a la vera del lago la nevada fuese digna de mención (ver fotos Imagen023 y Imagen024), pero el hielo había hecho que la gesta fuese memorable.




Llegamos a Valle del Lago y el perro trato de seguirnos en nuestro descenso. No pudo. En el momento que pillamos el asfalto nuestra velocidad fue demasiado para el. Tras una bajada rápida llegamos a Pola de Somiedo con los síntomas típicos, Víctor con las manos heladas, Jorge con el cuerpo empapado, yo con ganas de mear.
Apenas paramos un momento a reagruparnos y nos pusimos a rodar en línea hacia Belmonte. Teníamos por delante 28 km para rodar a plato en plan pelotón. Como siempre Víctor nos puso el ritmo óptimo en relación velocidad/esfuerzo e hicimos casi toda la bajada a su rueda a unos 32 km/h. Cuando pasamos por el desvío al puerto de San Lorenzo Víctor no pudo reprimir el recordarnos que en el plan alternativo ya habríamos subido ese puerto y ahora nos tocaría volver a subirlo. Quedaba claro que el plan alternativo es una mas de las razones por las que los recorridos propuestos por Jorge deben ser sometidos a especial análisis antes de ser aceptados. Avisados quedáis.
Todavía tuvimos que detenernos unas cuantas veces por las obras, pero aun así no perdimos el ritmo. Llegamos a Belmonte sobre las 16:30 con un hambre considerable. En el primer bar que preguntamos nos ofrecieron el plato del día para comer. Aceptamos y fuimos al coche a cambiarnos mientras nos preparaban la comida. Nos sentamos a la mesa sobre las 17:00. Cambiados, secos, calentitos y satisfechos. Yo irradiaba felicidad, Jorge y Víctor también parecían satisfechos. Dimos cuenta de la comida con verdadero gusto. El marmitako de chipirones, además de caliente, estaba delicioso, el escalopín con patatas fritas nos duro un suspiro, la tarta me ayudo a recuperar el nivel de azúcar en el cuerpo y el café final fue descafeinado por miedo a los efectos diuréticos de la cafeína (el menú 8 euros por barba, incluida la propina). Creo que fue en estos momentos cuando empezamos a comentar que esta salida es de las que se recuerdan, de las que siempre podrás decir: 'bueno, en Lago del Valle las condiciones eran mas duras'.
En el viaje de vuelta discutimos que es ciclismo y que no es ciclismo (por cierto confirmo que la Paris-Brest-Paris es cada cuatro años. Confirmo también que estaba equivocado, son 1.200 km en 90 horas y no 39 como yo decía. Y por lo visto la Paris-Bres-Paris parece ser la prueba de ciclismo más antigua, más incluso que el tour, según wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Paris-Brest-Paris, data de 1.891. Una crónica interesante la podéis encontrar en http://www.amigosdelciclismo.com/articulos/pbp2007/index.asp), lo que andan los globeros y lo que andan los profesionales. Incluso alguna idea se menciono para la machada de las navidades del año que viene.
Conclusión: Irrepetible, aunque tengo que reconocer que me quedan ganas de intentarla por el recorrido alternativo que Jorge proponía. A lo mejor este verano. Si es que la locura no tiene cura.
Datos numéricos de la ruta:
• Distancia: 86, 40 km
• Tiempo rodando: 5:31:47
• Tiempo total: unas 6:30
• Velocidad media: 15,62 km/h
• Velocidad máxima: 56,76 km/h
• Kilómetros en la bici: 12.822
• Pulsaciones medias: 122 ppm
• Pulsaciones máximas: 166 ppm (la verdad es que me sentí genial toda la ruta)
• Calorías consumidas: 3.106
• Disfrute: incalculable. Toneladas de buen rollo.
A cuidarse
Javier Arias González
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